Avanza la construcción del cerco perimetral en la frontera con Bolivia: 95% de los postes ya instalados

El cerco perimetral en Aguas Blancas, en el límite con Bolivia, avanza a paso firme y se espera que la obra esté finalizada próximamente para regularizar el tránsito fronterizo.

La construcción del cerco perimetral en Aguas Blancas, ubicado en la frontera entre Salta y Bolivia, ha alcanzado un importante avance. Según confirmó el interventor Adrián Zigarán, ya se ha colocado el 95% de los postes, lo que marca un progreso del 35% en la obra general. Este cerco, que tiene como objetivo regularizar el paso informal de personas en la zona, abarcará un total de 206 metros lineales.

La estructura, que está siendo erigida con postes de hormigón armado de 3,5 metros de largo y dispuestos a cada 3 metros, estará reforzada con puntales y contará con tres hilos de alambre de púas y concertina en la parte superior. Además, se instalarán tres accesos exclusivos para las fuerzas de seguridad, con el fin de garantizar un control efectivo en la frontera.

El cerco tiene un diseño en forma de U: un lado será delimitado por el río Bermejo, el otro por el propio cerco, y la base será custodiada por gendarmes y prefectos, quienes evitarán los cruces irregulares. «El objetivo es acabar con el sistema informal de cruces, que permite a muchas personas evitar los controles oficiales de Migraciones», explicó Zigarán.

La obra comenzó formalmente el 10 de febrero tras la firma del contrato entre las autoridades, con la presencia de la ministra Patricia Bullrich y el gobernador Gustavo Sáenz. Según Zigarán, se estima que alrededor de 1.500 vehículos ingresan diariamente a Aguas Blancas, muchos de ellos vinculados a actividades comerciales y compras.

Financiada con fondos provinciales, la obra cuenta con un presupuesto de $36.121.505, adjudicado mediante licitación pública. Aunque solo una empresa se presentó a la licitación, la obra ha generado algunas críticas entre los vecinos, quienes estaban acostumbrados a los cruces informales. Sin embargo, Zigarán aclaró que este cerco no busca ser una barrera contra el narcotráfico, sino una medida para ordenar la migración y terminar con prácticas irregulares.

«Este cerco no es un simple alambre de fondo de casa. Está compuesto por puertas, portones y alcantarillado, lo que aumenta su complejidad y costo», concluyó el interventor, destacando la importancia de la obra para el ordenamiento de la frontera.