El Gobernador de Salta destacó el esfuerzo local para asistir a los afectados por la histórica crecida de los ríos Pilcomayo y Bermejo, y exigió atención inmediata del gobierno nacional para enfrentar la crisis.
El norte de Salta vive días de intenso trabajo, solidaridad y compromiso ante la emergencia causada por la crecida de los ríos Pilcomayo y Bermejo. En Rivadavia, más de 500 personas se encuentran en el terreno ayudando a quienes lo han perdido todo. El Gobernador Gustavo Sáenz, quien se encuentra supervisando las labores, agradeció el esfuerzo de todos los involucrados, desde las intendencias locales hasta las organizaciones como la Cruz Roja y las fundaciones, destacando la unidad de los salteños en estos momentos de crisis.
A pesar de la magnitud de la catástrofe, Sáenz celebró que no se lamentaran víctimas fatales, pero resaltó la necesidad urgente de más apoyo. «Estamos haciendo todo lo posible, pero necesitamos la ayuda de Nación para atender a nuestras comunidades», expresó el mandatario, quien no dejó pasar la oportunidad de reclamar al gobierno central una respuesta pronta. En un tono crítico, recordó una frase popular: “Dios está en todas partes, pero atienden en Buenos Aires”, y añadió con determinación: “Lo vamos a hacer al querido Dios que nos venga a atender aquí también”.
El gobernador reafirmó su compromiso con los salteños y su lucha por visibilizar las necesidades urgentes de la provincia ante la emergencia.