En solo dos meses se detectaron más de 200 casos. Falta de insumos, recorte de partidas y suspensión de operativos dificultan la prevención y el diagnóstico temprano.
En apenas dos meses, Salta registró más de 200 nuevos casos de infecciones de transmisión sexual (ITS). Aunque la cifra no sorprende a quienes conocen la dinámica sanitaria de la provincia, sí encendió las alarmas por la ausencia de campañas de prevención y detección durante el primer trimestre del año.
La licenciada Laura Caporaletti, coordinadora del Programa de VIH, ITS y Hepatitis Virales, reconoció que si bien estos números no son inéditos, hoy responden a un escenario muy distinto. “No pudimos realizar los operativos habituales en plazas, ferias o centros de salud por falta de insumos. Eso limita seriamente nuestra capacidad de acción territorial”, explicó.
Según detalló, los test y preservativos que antes se destinaban a campañas ahora apenas alcanzan para cubrir la demanda diaria en laboratorios. “Lo que era preventivo pasó a ser exclusivamente asistencial”, graficó.
El problema de fondo está en el recorte de recursos nacionales. Desde diciembre de 2024, la provincia dejó de recibir los reactivos para test rápidos de VIH, fundamentales para el diagnóstico temprano. “Somos un programa que depende casi en su totalidad de insumos nacionales. Tuvimos que arreglarnos con lo poco que llegó y lo que se pudo comprar con fondos propios”, indicó Caporaletti, quien proyecta una posible normalización recién para mediados de este año.
La falta de insumos también afecta la distribución gratuita de preservativos. Históricamente repartidos en centros de salud y organizaciones comunitarias, hoy se entregan casi en exclusividad a personas que viven con VIH. “Lo que antes garantizábamos a toda la población, ahora depende de programas como Remediar, que también sufrieron recortes”, añadió.
Frente a este panorama, el equipo provincial sostiene una estrategia alternativa: capacitaciones a docentes en articulación con el Ministerio de Educación, con el objetivo de reforzar la educación sexual desde las aulas y conectar a los jóvenes con el sistema de salud.
“La prevención no puede quedar en slogans. Hay que saber cómo y dónde acceder a un test, entender el uso correcto del preservativo y garantizar que esté disponible”, subrayó Caporaletti. Y cerró con una advertencia: “Sin campañas, los casos se detectan tarde o por casualidad. No podemos permitirnos retroceder en lo que tanto costó construir”.