Tras el incendio, algunos sectores del mercado menos afectados podrían reabrir en unos diez días, según afirmó Muratore. Esta reapertura dependerá del avance en los trabajos de la Fiscalía y del personal de emergencias, quienes deben evaluar los daños y las condiciones de seguridad. Se busca garantizar un entorno seguro antes de permitir el regreso de los comerciantes y clientes.
Más de 100 puesteros se organizan en turnos rotativos y trabajan voluntariamente para retirar metales, estructuras, y escombros. Aunque se cuenta con un sector habilitado, Muratore insiste en actuar con cautela, evitando riesgos. “Fue una desgracia con suerte, no hubo víctimas y no queremos provocar una”, expresó.
Los 148 puesteros que perdieron todo siguen esperando una solución. Solicitan apoyo de las autoridades, ya sea en la búsqueda de espacios temporales o en asistencia para cubrir las pérdidas millonarias. También persiste la incertidumbre sobre los seguros de cada puesto y si responderán a los daños.