El brutal asesinato de la niña Kim Gómez, de tan solo 7 años, conmocionó al país y expuesto, una vez más, la ineficacia del sistema judicial y de seguridad en Argentina. El crimen, ocurrido en Altos de San Lorenzo, La Plata, dejó al descubierto la impunidad con la que actúan los delincuentes, muchos de los cuales, a pesar de contar con antecedentes, son liberados con facilidad para volver a delinquir.
Ante este trágico episodio, el referente del Frente Liberal Salteño, Alberto Castillo, alzó la voz y pidió un debate urgente sobre la pena de muerte para asesinos de niños, un reclamo que resuena con fuerza en una sociedad harta de la violencia y la falta de justicia. “Señor presidente, usted que es un restaurador de las instituciones de este país, es necesario empezar a discutir la pena de muerte para los asesinos de niños”, declaró Castillo, dirigiéndose a Javier Milei. “No queremos más casos Kim en nuestro país”, enfatizó en su cuenta de X.
El planteo de Castillo no es aislado: cada vez más argentinos exigen respuestas firmes ante la creciente inseguridad y la reincidencia criminal. En este caso particular, uno de los asesinos de Kim había sido detenido semanas atrás, pero fue liberado, permitiendo que volviera a la calle a cometer un crimen atroz. ¿Cuántas muertes más serán necesarias para que el Estado actúe con la dureza que la situación demanda?
El pedido de Castillo debe ser escuchado y debatido a nivel nacional. Es hora de dejar de lado las posturas políticamente correctas y enfrentar la realidad con soluciones concretas. La vida de nuestros niños no puede seguir siendo el precio de la inacción.
